Muchos se declaran otakus en esta parte del mundo, y pese a las críticas que pueda tener la sociedad occidental contra ellos no es algo visto de tan mala forma, aunque tal vez si con motivo de mofa.
Por ello muchos se habrán sorprendido alguna vez de leer que en Japón ser un otaku es muy rechazado en la sociedad. Curioso, por que es un derivado de la cultura japonesa. ¿Cuál es el problema?
El ser un otaku no es “cool” en Japón, y probablemente nunca lo será. ” Otaku ” en sí es un término despectivo y lo ha sido siempre – incluso si algunas personas consideran que es una insignia de honor. Para aquellos que no lo saben, su significado original proviene de indicar a una persona que para encerrada en su hogar.
Puede significar cualquier tipo de obsesivo, no sólo a los anime y manga, sino también a la cultura pop.
En Japón, la gente tiende a no ser muy abierta sobre sus aficiones, especialmente si hay una percepción de que van a ser mal vistos. El hogar y la vida laboral se mantienen muy por separado, y es así que los otakus terminan viviendo una especie de doble vida, tal y como se muestra en algunas series anime.
Hay un estereotipo de larga data acerca de los fans japoneses de ser antisociales, y todavía hay algo de verdad en eso. La cultura otaku se ha convertido en mucho más social justo en la última década – gracias a las explosiones fandom como la Comiket y la enorme cantidad de eventos especiales de promoción y que han permitido a los otakus estar juntos como nunca antes.
La cultura Otaku parece estar cambiando – pero no ha cambiado por completo, ni tiene el estigma social por fin desaparecido.
En ese sentido hay que recordar los ultrafanaticos que se casan con almohadas, que se obsesionan demás con sus waifus, lo mal visto que se vuelven las fujoshis y la cantidad de carga negativa que ganan amantes de los mangas y animes para adultos. La crítica no cesa, y mucho tienden a englobar a la comunidad en general.
Los aficionados japoneses parecen (en su mayor parte) dispuestos a disfrutar de su mundo otaku en silencio, bajo tierra. Para muchos, sigue siendo su secreto placentero al final del día.
¿Qué te parece?