Todos los países en el mundo tienen sus defectos y virtudes, no necesariamente por ser una potencia mundial quiere decir que todo sea perfecto. Tal es el caso de Japón, que a pesar de ser un país muy avanzado tecnológicamente y con una buena economía, también tiene sus carencias.
Las mujeres japonesas son más propensas a tener un título universitario que los hombres, y el número de mujeres que trabaja crece de manera constante desde hace diez años. Pero, por extrañas razones, una madre todavía tiene dificultades para conseguir un buen trabajo.
Es una de las razones por las que el 70% de las japonesas deja su trabajo apenas tiene su primer hijo. Otra de las razones son sus esposos, que trabajan el doble para mantener a su familia, pues la competencia es muy alta y aunque quieran pasar tiempo con su familia, siempre hay un riesgo de que no le den un ascenso o pierda su trabajo.
Todo esto se resume en dos hechos. Las mujeres que tienen hijos no trabajan y las mujeres que trabajan no tienen hijos. Ambas situaciones son terribles para el futuro de Japón, pues pronto el país se quedará sin gente.
“A pesar de que la tasa de fecundidad baja es común en otros países desarrollados, Japón debe ser el único país de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) donde el número de mascotas es superior al número de hijos”
La tasa de natalidad de Japón es de sólo 1,37 nacimientos por mujer, muy por debajo de la cifra de 2,1 necesaria para que una población se mantenga estable. Los datos de Europa y EE.UU. indican que ayudar a las mujeres a permanecer en el trabajo puede aumentar la tasa de natalidad.
En Japón ya hay una crisis demográfica. En 2006 la población de Japón empezó a encogerse. Si las tendencias actuales persisten, Japón perderá un tercio de su población en el próximo medio siglo. Nada de eso ha ocurrido antes…
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Fuente: BBC Mundo